lunes, 11 de febrero de 2008

Despertar, el inicio de los sueños

El tercer sueño que tengo de este tipo. Lo publico aquí para que me hagan saber sus impresiones. Como es usual en estos sueños, siempre soy el último en enterarse de todo... lo peor del caso es que aquí no me entero de mucho.

◊ ◊ ◊

Estaba en residencias, para ser precisos en un cuarto de la zona de mujeres a juzgar por la posición de la ventana. La base de cemento había sido removida y en su lugar había dos camitas individuales que apenas cabían apretujadas. De frente a ellas había una televisión de plasma, y a la izquierda del televisor estaba la puerta. Yo estaba en la cama de la izquierda, acababa de despertar. Era de noche y la única luz venía desde la ventana. Intenté pararme pero me dolía todo y solo pude mover los brazos. Toqué mi frente y estaba húmeda, y me preocupó que estuviera perdiendo sangre. Solamente era sudor: a pesar de la poca visibilidad, mi vista lo reveló y el olor lo confirmó. Escuché voces al otro lado de la pared y supuse que alguien entraría. No estaba equivocado: la puerta se abrió de golpe y entraron Galerías y Fermín. No encendieron la luz y permanecieron de frente a mi. Tenían trajes oscuros con gabardinas.

Galerías: Lalo, nos diste un susto a todos. Eso fue muy peligroso.
Fermín: No te preguntaré por qué lo hiciste, has de tener tus razones.

Luego entró Melissa, ella no llevaba ropa extraña, solamente una pijama azul. No me volteó a ver a mi, sino que se dirigió a Galerías.

Melissa: Lo bueno es que está vivo.
Galerías: Si, es lo que importa. Te encargarás de cuidarlo hasta que volvamos.
Melissa: Está bien.

Ellos dos salieron y Fermín cerró la puerta, se quedó un rato y se sentó en la otra cama.

Fermín: ¿Cómo te sientes?
Lalo: Me duele todo, siento como si estuviera sangrando por dentro, como si tuviera la espalda quemada. Me daría la vuelta si pudiera, pero siento las costillas destrozadas.
Fermín: Nada de eso es real. Ya te recuperarás y después vendremos por ti. Irapuato también quería venir a verte pero no terminó el trabajo que tenía que hacer con Poul.
Lalo: ¿Co... cómo pasó esto?
Fermín: Hmm, también te causó amnesia por lo que veo. Me gustaría contarte lo que te pasó, pero se nos hace demasiado tarde. Nos vemos

En cuanto abrió la puerta escuché...

Melissa: Gracias Galleta...
Galerías: No te preocupes, todo va a salir bien.
Fermín: Está peor de lo que imaginé, necesita descansar. Melissa, cuídalo mucho.
Melissa: Eso haré. Nos veremos después.
Galerías: Hasta luego. Cualquier cosa avísale a Luigi, el nos localizará.
Fermín: Si llegan Irapuato o Poul no los dejes pasar, tienen que hablar con Luigi primero.

Luego de que se fueron Melissa entró de nuevo al cuarto y se acostó en la otra cama boca abajo, con los pies en las almohadas.

Melissa: ¿En que piensas?
Lalo: En que no se que día es, en que no se cómo llegué aquí, en que no se que fue lo que pasó afuera.
Melissa: ¿Importa?
Lalo: ¿Eh?
Melissa: ¿De verdad importa? Digo, estás vivo, y estás donde querías, ¿no?
Lalo: ¿Eh? ¿Yo pedí estar aquí?
Melissa: No físicamente, pero si lo hiciste. Recuerdo muy bien ese día.
Lalo: Recordar... Fermín dijo que eso que me pasó me causó amnesia; lo siento pero no recuerdo nada.
Melissa: ¡Mientes! Sabes muy bien de lo que hablo, siempre lo has sabido.

Se dió la vuelta y se paró. Del closet sacó una pastilla y un vaso de agua. Los puso sobre un improvisado buró compuesto de cajas que estaba entre las dos camitas.

Melissa: Ya sabes que hacer con eso, ¿o también lo olvidaste?
Lalo: Sí, se que hacer con esto...
Melissa: Ok, ahorita regreso... voy con Mariana por algo importante.
Lalo: Bien, gracias... ¿me ayudas a sentarme?
Melissa: ¡No!

Y como cerró la puerta tras decir eso me las ingenié como pude para sentarme y tomarme la pastilla. Supuse que tardaría mucho en volver, así como que la pastilla tardaría mucho en hacer efecto, cualquiera que este fuese. Me equivoqué por partida doble. Segundos después de haberme tomado la pastilla el dolor se había pasado y solo sentía un ligero ardor por dentro. También entro Melissa de nuevo en el cuarto y traía una pila de CDs y un marcador indeleble. Dejó los CDs junto a la pantalla de plasma y volvió a acostarse en la cama boca abajo.

Melissa: Ya estás bien, ¿verdad?
Lalo: Si, gracias.
Melissa: Entonces ahora si podemos jugar.

Dijo esto último mientras escribió "Lalo" en la sabana de la cama donde ella estaba.

Lalo: ¿Jugar a qué? ¿A escribir nuestros nombres en la sabana?
Melissa: Sí, sólo a eso. Mariana va a venir al rato con los cigarros.

5 comentarios:

Concertina dijo...

Wa!, no entiendo ... por que soy tan mala?, si yo soy puro amor xD

Catriela Soleri dijo...

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Anónimo dijo...

wow fue interesante, pero a la vez me dio mello de vdd es un sueño como un tanto tentador pero k encierra su toque maligno !!!

Anónimo dijo...

no eres puro amor melissa....pero no entendi nada...ahora si esta raro tu sue;o lalo

Anónimo dijo...

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