viernes, 30 de noviembre de 2007

Posibilidad de Supervivencia

Pues checando el blog de Melissa me encontré con este quiz para determinar el porcentaje de posibilidad de supervivencia a un ataque de zombies...

64%

Y pues, resulta que no me fue nada mal xD

viernes, 23 de noviembre de 2007

Intrasendencias ocasionales, verdades fundamentales...

Una cereza me dijo que en avena me podía derretir. Fue una de las advertencias menos descabelladas que me han dado estos últimos días. Días de confusión y cansancio, dias de frustración y muerte, dias que merecen ser olvidados, pero que sin embargo hay algo especial que recordar, por minimo que sea. Las habitaciones no son siempre iguales, cambian constantemente; lo que no me queda claro es si quien vive dentro también cambia. He visto de todo. He visto personas que con una manta son felices mientras que otras necesitan de vagones llenos de mercancías diversas para esbozar un indicio de sonrisa no del todo completa. Yo podría cerrar mis ojos y escuchar, me daría cuenta de la verdad. Pero es que a veces es mejor abrir los ojos y no escuchar. Las mentiras nos mantienen vivos, ¿lo has notado? Y descubrirlas es muy fácil tratándose de uno mismo, no así de los demás. Cada uno sabe mostrar los colores adecuados y los sonidos más correctos para cada situación, excepto tal vez el propio escritor de estas lineas. De él se dice que viajaba en el cabús del tren de la experiencia, cuando por azares del destino su vagón fue abandonado en una vía desierta rodeada de sabia vegetación marchita. Se quedó sin experiencia, se quedó sin compañía. No pudo hacer nada más que esperar su final. Si este sería triste o feliz, no había manera de saberlo. Ya llegaría el tiempo de averiguarlo...

martes, 20 de noviembre de 2007

Cuando las cosas te superan

El título de esta entrada no pretende ser ninguna frase fatalista, tampoco intenta hacernos sentir como seres miserables en esta temporada de finales. Simplemente la entrada se titula así porque estaba recordando que una de mis metas al principio del año era tener escritos en este blog más artículos que el Random Blog. Al principio si parecía sencillo, pero ahora resulta bastante difícil ya que las entradas en el Random Blog por poco y llegan a las 100 mientras que en este blog apenas he rebasado las 50. He de decir que en el Random Blog colaboran 5 personas además de mi, así que considero un merito valioso el haber escrito tanto como la mitad de las entradas del Random Blog.

Como la gente que me conoce se puede dar cuenta, a mi me encanta hablar cosas sin sentido. Pero más que hablar cosas sin sentido, me gusta escribir sobre temas que inviten a la reflexión y que los logren situar a ustedes, lectores, a ver el mundo desde mi perspectiva. Y realmente no entiendo por qué escribo tanto si la gente no me visita ni me comenta al menos de que estuvo por aquí, o aunque sea para insultarme porque no les gustan mis entradas.

Sea como sea, con lectores o sin ellos, yo seguiré escribiendo. Porque próximo estoy a cumplir un año en Blogger, y tal acontecimiento especial solo puede festejarse de una manera: ¡escribiendo! Así que me propondré tener a la par las entradas del Random Blog con las de este espacio. Y que se note quienes son los que escriben. xDD

Nos vemos.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Algo que se me ocurrió mientras me bañaba xD

Cierto día un hombre llegó temprano a un edificio con muchas habitaciones. Al entrar, la encargada le dijo que podía entrar en la habitación que le quisiera y pasaría a ser de su propiedad. También le dijo que si algún día deseaba cambiar de habitación podría hacerlo siempre y cuando no estuviera alguien más dentro de ella.

El hombre se dispuso entonces a buscar una habitación que le agradara. Comenzó por abrir la puerta de la habitación #1. Era una habitación amplia y fresca, con una luz muy intensa proveniente de la ventana.

"Esta habitación parece muy cómoda, lástima que las cortinas sean rosas"_ dijo el hombre.

Así que retrocedió y fue a abrir otra puerta, la de la habitación #13. El hombre esperaba que fuera una habitación totalmente diferente, y estaba en lo cierto. Al abrir la puerta se encontró con un lugar que parecía casi celestial. Todo en la habitación era blanco, y de las ventanas entraba una luz igual de blanca.

"Me gusta mucho este lugar, debe haber ángeles ahí dentro. Si no encuentro una mejor habitación que esta, entonces volveré para quedarme aquí."_ mencionó.

Y así fue revisando varias habitaciones. Hubo otras que le parecieron más agradables y otras que no le gustaron en lo absoluto. Así que decidió volver a la habitación #13, pero al abrir la puerta descubrió que ya estaba ocupada. Luego de disculparse por la intromisión, cerró la puerta y se fue desilusionado a sentarse en el piso para descansar un rato. De pronto, un sujeto salió de una habitación dejando la puerta abierta tras de sí, para entrar en una de las habitaciones de enfrente cerrando la puerta de golpe.

"¿Qué habrá pasado? ¿Por qué se habrá cambiado de habitación?"_ pensó el hombre.

Se levantó del suelo y caminó hasta el umbral de la puerta. Vio que sobre una silla estaba la chamarra del hombre que estaba hace rato ahí. Miró la habitación y se percató de que era una de las que al principio no le había gustado mucho, pero sin embargo, ahora le parecía acogedora. Tenía una atmósfera oscura, y por las ventanas podía verse un cielo gris y lluvioso. La luz amarillenta provenía de una pequeña lampara en el buró.

"Tengo ganas de entrar, pero no se si sea una buena decisión"_ dijo el hombre.

Se quedó contemplando la habitación, percibiendo su belleza e imaginando lo cómoda que estaría la cama. Se sentía atraído por aquel lugar, ya que el cielo gris le traía muy gratos recuerdos de tiempos pasados, pero por alguna extraña razón creía que no debía entrar.

"Esta habitación no es mía, sino del hombre que hace rato salió de aquí"_ pensó.

Este pensamiento le molestaba, y mientras se debatía que hacer, siguió contemplando la habitación. Desde la ventana alcanzó a ver como el cielo gris daba paso a uno de un intenso azul oscuro adornado con brillantes estrellas. El hombre consideró esto como una invitación a pasar, y haciendo de lado los pensamientos que hace poco había tenido, se dispuso a entrar. Pero el sujeto que había salido de esa habitación volvió a ella intempestivamente cerrando la puerta justo frente a las narices del otro hombre.

"Sabía que volvería. Ahora no tengo una habitación donde quedarme, supongo que sería bueno ir a hablar con la encargada"_ dijo para sí.

Al llegar con la encargada, el hombre le explicó lo que había pasado.

"¿Sientes cómo si te gustara algo de todas las habitaciónes?"_ preguntó la encargada

"Exactamente, aunque la que más me gustó está ocupada. Por eso será mejor que me vaya"_respondió el hombre

"No te preocupes, en días anteriores me he encontrado con personas como tu: indecisas sobre que habitación elegir. ¿Prefieres irte para siempre o quedarte aquí y ayudarme a cuidar este lugar?"_ propuso la encargada

"¿Y que tendría que hacer?"_ preguntó el hombre extrañado

"Muy sencillo: los pasillos deben estar limpios y relucientes, y también hay algunos días que los ocupantes dejan las habitaciones para volver después, en esos ratos tu trabajo sería entrar y limpiar."_ explicó la encargada

"Pero, ¿no se supone que cada ocupante es responsable de su habitación?" _ preguntó el hombre

"Por supuesto, pero hay algunas personas que no saben hacerlo. ¿Aceptas el puesto?"_ dijo ella

"Desde luego que sí. Será un honor"_ dijo el hombre.

Desde entonces, el hombre vive feliz en los pasillos de aquel lugar. Entra a las habitaciones cuando es necesario limpiarlas y ayuda a los ocupantes cuando estos lo requieren. Alberga la esperanza de qué tal vez, algún día, pueda reclamar como suya una de las habitaciones, en especial aquella de la tenue luz y la atmósfera oscura, la cuál al pasar del tiempo seguía siendo su favorita.

P.D. Hoy tuve el mejor domingo en mucho tiempo. Me siento muy feliz de eso ^^

jueves, 15 de noviembre de 2007

Desconocimiento

Iconnè: ¿Chistes malos?
Eduardo: Así es. El mundo no requiere de chistes malos.
Iconnè: ¿Y por qué los sigues diciendo?
Eduardo: Creo que en toda mi vida es lo que mejor se hacer.
Iconnè: No es verdad, hay otras cosas.
Eduardo: Lo se, pero me esfuerzo por hacerlas. Los chistes malos en cambio me salen sin problema.
Iconnè: A veces pueden llegar a ser hartantes, ¿lo sabías?
Eduardo: Sí...
Iconnè: Bueno, no es que a mi me molesten, pero...
Eduardo: Entiendo tu punto. Preferiría no molestar a nadie.
Iconnè: ¿Otra vez estás triste?
Eduardo: No realmente, estoy enfermo.
Iconnè: ¿Entonces?¿Por qué dices que prefieres no molestar a nadie?
Eduardo: Pues, siento que mi sola presencia incomoda a las personas.
Iconnè: No deberías de decir eso sin antes asegurarte.
Eduardo: No debería de hacer muchas cosas, pero sin embargo las hago. ¿Tienes alguna idea de cómo asegurarme de que mi presencia incomode a las personas?
Iconnè: Pues, por ejemplo, podrías preguntarles.
Eduardo: No. Ninguna respuesta es sincera. Siempre te dicen lo que deben decirte, no lo que en realidad quieren decirte.
Iconnè: ¿Cómo lo sabes?
Eduardo: Porque lo estás haciendo tú. Cada vez que hablo contigo tratas de animarme, lo cuál agradezco, pero jamás te muestras realmente como eres. Simplemente me dices lo que quiero oír. No te conozco, no me conoces: esa es la realidad.
Iconnè: Es porque no quieres contarme tus secretos.
Eduardo: ¿Y contándote mis secretos es cómo nos podremos conocer?
Iconnè: Si no a mi, a alguien más... debes decirle a alguien más.
Eduardo: Tu eres la persona a la que le tengo más confianza. Si no te lo digo a ti, no se lo diré a nadie más. Las cosas que hice, las cosas que no hice. Todo eso. Mis secretos se irán conmigo a la tumba.
Iconnè: Tu mismo me dijiste que si no se lo decías a alguien entonces estallarías...
Eduardo: Eso es verdad.
Iconnè: Pero, entonces estamos hablando de algo ilógico. ¿Quieres estallar?
Eduardo: No, no quiero. Y desde luego que es ilógico, todo en esta vida lo es.
Iconnè: No te entiendo.
Eduardo: No es necesario que me entiendas.
Iconnè: Pero quiero saber de que hablas.
Eduardo: Las personas que han sido buenas conmigo en algún momento, por más mínimo que haya sido... esas personas... estaría dispuesto a dar la vida por ellas.
Iconnè: ¿Ellos darían la vida por tí?
Eduardo: No puedo saberlo si no me lo dicen.
Iconnè: Y por lo que acabo de enterarme, jamás se los preguntarías.
Eduardo: No lo tomarían en serio.
Iconnè: ¿Un juego más?
Eduardo: Ya nadie toma nada en serio.
Iconnè: La vida es un juego.
Eduardo: La vida es más que un juego. Viendo a las personas te das cuenta de eso.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Las mentiras

¿Son malas las mentiras? ¿Son malas aunque sean capaces de hacer sentirte bien? ¿Aunque sean capaces de levantarte el ánimo tras un largo día de mierda? ¿Aunque sean capaces de hacerte olvidar lo feo del mundo? Hoy olvidé mi verdad, me dediqué la sonrisa más falsa de todas e increíblemente saqué fuerzas para continuar.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Una pesadilla

Hace unas horas desperté de una de las más horribles pesadillas que he tenido. Inmediatamente escribí todo lo que recordaba en una hoja y aquí les presento la versión en limpio de lo que fue mi sueño

◊ ◊ ◊

Me encontraba en Residencias, en la sala común de abajo viendo la TV con Irapuato, Luigi y Galerías, cuando de pronto llegó Melissa.

Melissa: ¡Vamos! ¿No se van a inscribir?
Luigi: Nah, no me interesa.
Irapuato: Debemos ir.
Galerías: Sí, a ver dónde nos toca.

Se pararon y los imité. Luigi se dirigió a su cuarto y los demás nos fuimos a la escuela. Durante el camino quise preguntarles de qué se trataba todo eso de las inscripciones y de que en que lugar nos iba a tocar, pero siempre que trataba de abrir la boca para preguntar ellos empezaban a hablar sin hacerme caso.

Llegamos al Aula Magna y a la entrada estaban puestas unas listas larguísimas pegadas en las puertas giratorias que decían 'moMeMtum 2007' con letras rojas. Yo seguía sin saber nada de lo que estaba pasando. Revisamos que nuestros nombres estuvieran en una de las listas y entramos. Ahí estaban Daniel y Monse, abrazados y llorando. Me intenté acercar para ver qué les pasaba pero Melissa me jaló de la ropa mientras seguíamos caminando al frente.

Melissa: ¡Dejalos! ¡No hay tiempo! ¡Irapuato ya se adelantó!
Lalo: Pero quiero...
Melissa: ¡Después!
Lalo: Alguien, por favor...
Galerías: ¡Rápido!

Mientras caminábamos noté que a la derecha había unas puertas que comunicaban el Aula Magna con una estación de trenes rápidos. Eran como portales dimensionales, pero lo tomé como si fuera algo natural. Era raro: por las puertas se veía la estación, pero por las ventanas se veía el edificio de aulas. Melissa y Galerías siguieron caminando al frente, pero yo me quedé viendo hacia la estación. Ahí estaba Luigi cargando unas maletas.

Lalo: Luigi, ¿estás en la lista de afuera?
Luigi: No, te digo que no me interesa. No ayuda en nada y es una perdida de tiempo.
Lalo: Pero si tu nombre no está en la lista, ¿por qué entraste?
Luigi: Porque puedo usar el tren desde el otro lado para ir a donde quiera, y ya me voy.
Lalo: ¿Me puedes decir...
Luigi: Nos vemos, ya es hora.

Y luego de decir esto, Luigi entró por una de las ventanillas del tren justo antes de que arrancara. Aun seguía sin saber nada de que era todo eso, cuando escuché que me gritaban desde el frente.

Irapuato: ¡¡LALO!! ¡ES ARRIBA!
Galerías: ¡Apurate!

Corrí hacia donde estaban y subimos a esa especie de escenario que hay al fondo. En una pirámide verde estaba pegada una lista más pequeña que las de la entrada.

Melissa: Nos dijeron que revisáramos si nuestros nombres estaban en esta lista.
Lalo: ¿Quienes te dijeron?
Irapuato: No importa, solo nos dijeron. Vamos.

En ésta lista estaban escritos nuestros nombres y los de otras diez personas que no conocía. Cuando Galerías vio el suyo se puso pálido.

Galerías: No puede ser. Juré no volver ahí jamás.
Irapuato: No te preocupes por eso ahora. Se nos hace tarde.
Melissa: Vamos a la estación. Nuestro tren llega en 10 minutos.
Lalo: ¿Cómo...
Melissa: ¡Vamonos!

Yo estaba como que ya harto de que no me dejaran saber nada de lo que pasaba, pero no tenía otra alternativa y los seguí. Mientras esperábamos a que nuestro tren llegara vimos que de otro tren salió Masa. Se veía exhausto.

Masa: Se acabó, me rindo...

Luego se acercó a nosotros y nos abrazó mientras lloraba. En ese momento supuse que nos esperaba un destino cruel, y que Daniel y Monse habían estado llorando por la misma razón, aunque exactamente no sabía cuál era.

Masa: Les deseo mucha suerte... y que no les toque Brasil.

Luego se dirigió a la salida arrastrando su mochila cuando unos policías de verde lo interceptaron y lo esposaron. ¿Qué era lo que pudo haber hecho para que los policías se lo llevaran? De nuevo hice el intento: traté de preguntar de qué se trataba todo esto, pero fue en vano. Nuestro tren había llegado. Melissa y Galerías avanzaron rápido y abordaron. Yo los seguí. Estando adentro volteé hacia la puerta y vi que Irapuato aun no subía al tren. Todos lo miramos.

Irapuato: ¡Ginna! Debo despedirme...

Dicho esto salió corriendo a toda velocidad mientras que la puerta del tren se iba cerrando. Supe que era imposible que Irapuato abordara ese tren. Galerías estaba sentado, inmerso en sus pensamientos. Me acerqué.

Lalo: ¿Qué te pasa?
Galerías: Brasil. Ya había estado antes ahí.
Lalo: ¿Pero cómo sabes que te tocará Brasil? En la lista no decía nada, solo estaban nuestros nombres. Aún no entiendo qué está pasando aquí. ¿Podrían explicarme?

Pero de nuevo me evadieron.

Melissa: Los de la lista donde estabamos nosotros era la más difícil, y te diste cuenta de que Masa no estaba ahí, ¿verdad?

Asentí con la cabeza y pensé que cualquier cosa que le hubiera tocado hacer a Masa iba a ser mucho más difícil para nosotros. De repente llegó Caballo caminando de otro vagón.

Caballo: Programación
Lalo: ¿Qué?
Caballo: Sí, lo que le tocó hacer a Masa fue programación.
Melissa: ¿Pero cómo es que leíste la mente de Lalo?

Me sorprendí de que Melissa supiera lo que había estado pensando.

Lalo: ¿Pero cómo es que ambos leyeron mi mente?
Melissa: Pues yo se leer mentes desde la primaria.
Caballo: Yo ya terminé la prueba. Cuando la terminas te dan el poder de leer la mente y tu título.
Lalo: Entonces, ¿por qué estás en este tren si ya terminaste?
Caballo: Voy de de camino a mis vacaciones. Mariana me está esperando allá. Ella también ya pasó la prueba.

Me quedé pensando en lo que había dicho de la prueba e intenté relacionarlo con sucesos de días anteriores, pero no encontré vínculo alguno con algo que hablara de 'prueba' o 'examen', así que di por sentado que se trataba de este asunto de las listas y los llantos.

Melissa: Perdón, Lalo. Fermín, explicale a Lalo de lo que se trata todo esto. Él no vio el cartel.
Lalo: ¿Cuándo? ¿Qué cartel?
Caballo: Lo que pasa es que tu no estabas en Residencias ayer en la noche, pero a lo lejos se escuchaba que en la escuela estaban armando una estructura de metal enorme. De ahí colgaron una manta gigante que iluminaron con reflectores. Decía que habían cambiado el formato de las materias de Síntesis y había la prueba final de Carrera, todo esto se llamaba moMeMtum 2007 y que desde hoy en la mañana iban a ser las selecciones para ver donde te iba a tocar.
Lalo: Pero si ya terminaste, entonces las pruebas son cortas, ¿no?
Caballo: Algunas, otras pueden durar años... No hay manera de saber.
Lalo: ¿A ti que te tocó?
Caballo: Lo siento, no puedo decir nada.

Pensé que el decir algo sobre como fueron las pruebas tenía que ver con los policías de verde que se habían llevado a Masa, y que si decía algo entonces también se llevarían a Caballo.

Caballo: Exactamente eso que piensas pasará si digo algo. Nos vemos, debo volver a mi vagón.

Luego llegamos a otra estación. Al bajar todo lo que había era una puerta roja pequeña. Detrás de la puerta había escaleras. Las subimos y nos encontramos dentro de lo que parecía un hospital. Al caminar por los pasillos encontramos a Juan Pablo y nos acercamos a saludarlo. Él parecía no recordarnos.

Juan Pablo: Bienvenidos a moMeMtum 2007. Al final de este pasillo están los elevadores. Deben subir al piso 4 y ahí les indicarán a qué lugar les toca ir a hacer su prueba.

Creí que era una oportunidad propicia para preguntar más cosas acerca de esto, así que lo hice.

Lalo: Juan Pablo, ¿en qué consisten las pruebas?
Juan Pablo: Se trata de pruebas reales que tienen que ver con cosas de su carrera. En este momento están todos plenamente capacitados para realizar cualquier tarea aleatoria que les sea encomendada concerniente al Diseño Digital Interactivo. Las pruebas son en todo el mundo y varían en duración, la cuál también es aleatoria. Sigan adelante.

Eso que me dijo me esclareció un poco más el panorama, aunque aun seguía sin entender por qué Brasil era tan temido; y por qué Masa, siendo buen programador, había fracasado. ¡Y eso que Masa no estaba en la lista difícil! Nadie dijo nada y subimos al cuarto piso. Al salir, a la izquierda, estaba una silla de dentista. La encargada era una mujer, que a decir por la placa se llamaba Aura Rosenbaum. Me sorprendió encontrar a mi hermano Kike ahí, con una bata azul.

Kike: Hola Lalo. Estoy ayudándole a la doctora. Me dijeron que viniera aquí como castigo, aunque no lo siento tanto como castigo. Es interesante.

A este punto no me interesaba cómo es que Kike había llegado ahí, porque vi que alguien más por el pasillo se acercaba con un carrito de golf. Era Esteban.

Esteban: Hola Lalo. A mi me mandaron aquí a recoger el pan 3D.
Lalo: ¿Pan 3D? ¿Qué es eso?
Esteban: Hacen el pan en la computadora y luego lo sacan de la pantalla con unos guantes. A mi me encargaron repartirlo por toda esta planta.
Lalo: ¿Eh? ¿Crean materia de la nada usando computadoras?
Esteban: ¡Que no! ¡Solamente hacemos pan! ¿Quieres ver cómo lo hacen?
Lalo: Sí, vamos.

Y volteando a donde estaba Melissa y Galerías les hice señas para que también se subieran al carrito de golf. Cuando llegamos al lugar donde hacían el pan (que en realidad estaba solamente dando la vuelta a la izquierda al fondo del pasillo) me sorprendió ver a mi mamá ahí. Estaba llorando frente a la computadora donde hacían el pan. Una mujer canadiense, que supongo era la panadera virtual, le estaba insistiendo a mi mamá (desde luego en inglés) que se pusiera el guante para que intentara sacar el pan de la pantalla. Corrí inmediatamente a abrazar a mi mamá.

Lalo: ¿Qué tienes, mamá?
Mamá: No se qué hacer. No entiendo nada.
Lalo: Te está invitando a ponerte el guante y que saques el pan de la pantalla.
Mamá: Pero me da miedo. No se nada de computadoras.
Lalo: Entonces vamonos.
Mamá: No, me quedaré viendo el pan hasta que me consuma.

No entendí las últimas palabras de mi mamá, pero no me dejó que la moviera de ahí. Volteé hacia donde estaban Galerías y Melissa y noté que Esteban ya no estaba ahí.

Melissa: Tu hermano ya se fue.
Galerías: Apurate, tenemos que ir a la selección.

Regresamos al pasillo donde estaban los elevadores y la silla de dentista y entramos a una puerta gris que no recordaba haber visto unos momentos antes.

Melissa: La puerta ya estaba aquí.

Ya no dije nada y los seguí por la puerta. Ahí adentro vimos que había tres botes de basura y estaba Ricardo de cabello largo y negro parado sobre una caja de madera.

Ricardo: Esta es la sala de selección. Van a abrir cada uno de los botes, los cuales imprimirán un papel. El primero les dirá lo que tienen que hacer, el segundo el lugar al que tienen que ir a hacerlo y el último les dirá el tiempo que tienen para hacerlo.
Melissa: ¿Te acuerdas de nosotros?
Ricardo: ¿Cómo olvidarlos? Tuvimos clase ayer. Galerías, pasa primero.

Galerías pasó y abrió cada uno de los tres botes. Cuando tuvo sus papelitos fue a pararse a un lado de la caja donde Ricardo estaba parado. Luego fue Melissa e hizo lo mismo. Galerías escondió sus papelitos para que Melissa no los viera, y ella hizo lo mismo.

Ricardo: Nadie debe saber de qué se tratan las pruebas de los demás, y aunque me traten de engañar, a estas alturas ya se que Melissa puede leer la mente y que por lo tanto sabe qué prueba tiene que hacer Galerías. Así que Lalo, pasale para que te impriman lo que tienes que hacer en tu prueba.

Hice lo mismo que habían hecho de destapar los botes y esperar un papelito. Me sorprendí de que mis papelitos estuvieran en blanco y antes de que pudiera abrir la boca Ricardo dijo algo.

Ricardo: Los papelitos de Galerías dicen que le tocó una prueba de página web, en Brasil y que tiene 2 días a partir de hoy para terminarla. Los papelitos de Melissa dicen que le tocó realizar el guión de un comercial con producción multimillonaria, el lugar es Francia y tiene quince minutos. Los palelitos de Lalo no dicen nada, porque este va a ser el trato: van a intercambiar los papelitos de modo que cada quién conserve uno de los que les había tocado originalmente y los otros se los reparta a cada uno de sus compañeros.

Melissa se quedó con el que decía de la producción, me pasó a mi el de Francia y a Galerías el de 15 minutos. Galerías le pasó a Melissa el de Brasil y a mi el de Web y el se quedó con el que decía dos días, y yo les dí un papelito blanco a cada uno.

Ricardo: Entonces, Melissa, te va a tocar hacer un guión de comercial, en Brasil y como no tienes papelito de tiempo lo puedes hacer cuando quieras, siempre y cuando no te mueras.
A ti , Galerías, te toca hacer cualquier cosa en cualquier lugar, para lo cuál tienes 2 días y 15 minutos. Y tu, Lalo, tienes que hacer una página web en Francia en el tiempo que quieras.
Galerías: Ricardo, ¿en serio puedo hacer cualquier cosa?
Ricardo: Cualquier cosa relacionada con la carrera.
Galerías: ¡A huevo!

Luego de decir esto Galerías se salió corriendo del salón y supongo yo que se dirigió a donde estaba la estación del tren de la puerta roja para largarse a cualquier lado a hacer quién sabe qué cosa durante dos días y quince minutos.

Ricardo: Es todo, les pido que se retiren.
Melissa: Pero Ricardo, esto no es justo...
Ricardo: Nada es justo en el mundo real, ¿por que habría de ser justo aquí?
Lalo: Porque es mi sueño y yo decido lo que pasa.
Ricardo: No, la que decide es ella.

Dijo eso último mientras señalaba a Melissa. Ella se tiró al suelo mientras lloraba y yo me incliné.

Ricardo: Preferiría que no hicieras eso. Estás a punto de despertarte y te arrepentirás mañana.
Lalo: ¿Mañana?
Ricardo: ¿Creías que esto iba a terminar aquí? Ya te tocará soñar a todos...
Lalo: No entiendo nada, otra vez...
Melissa: Lalo, ya despiertate...

◊ ◊ ◊

Aquí termina lo que soñé. Espero que este sueño no tenga continuación, y que si me toca soñar a todos, como dijo Ricardo, sea en situaciones más felices.

lunes, 5 de noviembre de 2007

¡Quiero miel!

Hoy soñé con miel, pero desperté y no tenía. Así que esta entrada trata de eso, de que quiero miel y no tengo. Y también es un aviso de que a partir de ahora seguiré poniendo en mi messenger nicks alusivos a la miel que quiero pero no tengo. Espero pronto tener esa miel de mis sueños.

P.D. #1: La mermelada no sustituye a la miel. La miel es la miel.
P.D. #2: Sólo hay una cosa más dulce que la miel, pero la guarda Dios.
P.D. #3: Si he de volverme diabético por la miel, pues que así sea.
P.D. #4: Posiblemente use estos postdatas como nicks alusivos a la miel.
P.D. #5: He escrito miel en cada renglón de esta entrada, con excepción en el salto de línea. A ese le falta miel.

domingo, 4 de noviembre de 2007

¿Qué viene después de la tormenta?

Algunos dicen que la calma. Yo creo que la incertidumbre. Incertidumbre de saber si ya todo terminó o si los problemas regresarán. Sencillamente tengo miedo, y el miedo imposibilita pensar y concentrarse. ¿Cómo se puede salir de esto?

Necesito descansar. Estoy muy confundido y un poco harto de todo. Lo he estado desde el verano anterior, con esas clases malditas y estresantes. Luego vinieron enfermedades, para mi madre y mi padre, que aunque fueron superadas me desgastaron por completo. Sin descanso alguno comencé de nuevo mis clases y poco a poco todo se ha ido hundiendo, y se hundirá si no tengo éxito en esta ocasión. Incluso si lo tuviera, la pesadilla no habría terminado: falta una última operación.

Por eso digo que hay incertidumbre, por eso tengo miedo, por eso quiero descansar. Ojalá las cosas fueran más fáciles, pero no lo son. Jamás volveré a desear un año sin enfermedad cuando las personas que más me han querido se enferman a mi alrededor. Quiero descansar. Quiero una alegría en Navidad. Quiero que todo vuelva a estar en paz.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Otra charla

Iconnè: ¿Te preocupa algo?
Eduardo: Sí, muchas cosas...
I: ¿Me podrías contar?
E: No, lo siento. No se lo puedo decir a nadie.
I: Te entiendo, aunque estás equivocado.
E: ¿Eh? ¿Equivocado?
I: Sí, con eso de que no se lo puedes decir a nadie. Existe una persona a la que le encantaría escucharlo.
E: ¿Quién?
I: Tú mismo. Si hay algo que te preocupa platícalo contigo mismo.
E: Ah, eso. La verdad es que lo hago todo el tiempo, pero de todos modos siento que voy a estallar.
I: Pues entonces hazlo, no retrases lo inevitable.
E: Ojalá todo fuera tan fácil. Se supone que este sería un año bueno.
I: "Nada de lo que se supone es cierto". Cada rato me repites esa frase y creo que encaja perfectamente en esta situación.
E: Lo se, pero aun quedan 58 días y 13 horas para que acabe el año y no se que otras cosas malas puedan pasar. Eso me preocupa.
I: No te preocupes por lo que todavía no llega.
E: Trataré de no hacerlo. Gracias.
I: Por nada, que tengas un excelente día.
E: Te veré al rato.
I: Así será.