domingo, 29 de marzo de 2009

Cálido abrazo

Aun entre la oscuridad, existe la esperanza, y entre el sigilo y las sombras se oculta la felicidad. El habla no es necesaria; el viento suple caricias y nuestros latidos, palabras. De nubes se forman los sueños y se alimentan las ilusiones. Por los bosques eternos fluyen arroyos de lágrimas calmas, que representan el miedo que alguna vez percibimos. Árboles hay muchos y el mundo los ha olvidado, pero con atención imploramos sus secretos y ellos jamás se cansan de recitarnos en silencio. Somos de la noche y la noche es nuestra. Así nacimos, así crecimos, así nos hemos encontrado.

lunes, 16 de marzo de 2009

Deuda de existencia

Iluminado por un mortecino sol, me senté a repasar mi vida...

Descubrí un centenar de sueños incompletos, un torrente de risas extintas, un millar de errores cometidos, cien rostros de quienes fueron mis amigos, y cuatro pilares que sostenían el futuro...

Supe entonces que había ganado y perdido, que había llorado y reido...

Era el tiempo indicado para cumplir la promesa jamás hecha y desechar de un inicio la avaricia que algun día conoceré...

Justo en ese momento recordé que en el antiguo cielo desfilaron ocho lunas, y que en el cielo de ahora aun se encuentran cantando.

sábado, 14 de marzo de 2009

Te doy una canción

Como gasto papeles recordandote
como me haces hablar en el silencio,
como no te me quitas de las ganas
aunque nadie me vea nunca contigo.
Y como pasa el tiempo que, de pronto, son años
sin pasar tú por mí, detenida.

Te doy una canción si abro una puerta
y de la sombra sales tú.
Te doy una canción de madrugada,
cuando más quiero tú luz.
Te doy una canción cuándo apareces
el misterio del amor,
y si no lo apareces, no me importa:
yo te doy una canción.

Si miro un poco afuera, me detengo:
la ciudad se derrumba y yo cantando.
La gente que me odia y que me quiere
no me va a perdonar que me distraiga.
Creen que lo digo todo, que me juego la vida,
porque no te conocen ni te sienten.

Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho a hablar.
Te doy una canción con mis dos manos
con las mismas de matar.
Te doy una canción y digo patria
y sigo hablando para ti.
Te doy una canción como un disparo
como un libro, una palabra, una guerrilla
como doy el amor.

Autor:
Silvio Rodríguez