domingo, 18 de octubre de 2009

Contigüidad ilusoria

Anda, muéstrame los diamantes de tu paraíso,
mientras los mancillas y adecuas a mi desgarbada existencia,
removiendo de ellos toda su bella nobleza.

Anda, cuéntame una de tus historias, sin adornarla;
fría como el tiempo que hace fuera,
corta como los días de esta estación.

Anda, recítame de nuevo mi larga lista de errores;
desdeñando mis deseos, devaluando mis intenciones,
cortando lentamente viejos lazos que nos llaman.

Anda, apunta al cielo y extermina a esos pájaros risueños;
para ti no son de nadie, para ti ya no hay más sueños.
Espero que aun recuerdes los deseos navideños.