jueves, 15 de noviembre de 2007

Desconocimiento

Iconnè: ¿Chistes malos?
Eduardo: Así es. El mundo no requiere de chistes malos.
Iconnè: ¿Y por qué los sigues diciendo?
Eduardo: Creo que en toda mi vida es lo que mejor se hacer.
Iconnè: No es verdad, hay otras cosas.
Eduardo: Lo se, pero me esfuerzo por hacerlas. Los chistes malos en cambio me salen sin problema.
Iconnè: A veces pueden llegar a ser hartantes, ¿lo sabías?
Eduardo: Sí...
Iconnè: Bueno, no es que a mi me molesten, pero...
Eduardo: Entiendo tu punto. Preferiría no molestar a nadie.
Iconnè: ¿Otra vez estás triste?
Eduardo: No realmente, estoy enfermo.
Iconnè: ¿Entonces?¿Por qué dices que prefieres no molestar a nadie?
Eduardo: Pues, siento que mi sola presencia incomoda a las personas.
Iconnè: No deberías de decir eso sin antes asegurarte.
Eduardo: No debería de hacer muchas cosas, pero sin embargo las hago. ¿Tienes alguna idea de cómo asegurarme de que mi presencia incomode a las personas?
Iconnè: Pues, por ejemplo, podrías preguntarles.
Eduardo: No. Ninguna respuesta es sincera. Siempre te dicen lo que deben decirte, no lo que en realidad quieren decirte.
Iconnè: ¿Cómo lo sabes?
Eduardo: Porque lo estás haciendo tú. Cada vez que hablo contigo tratas de animarme, lo cuál agradezco, pero jamás te muestras realmente como eres. Simplemente me dices lo que quiero oír. No te conozco, no me conoces: esa es la realidad.
Iconnè: Es porque no quieres contarme tus secretos.
Eduardo: ¿Y contándote mis secretos es cómo nos podremos conocer?
Iconnè: Si no a mi, a alguien más... debes decirle a alguien más.
Eduardo: Tu eres la persona a la que le tengo más confianza. Si no te lo digo a ti, no se lo diré a nadie más. Las cosas que hice, las cosas que no hice. Todo eso. Mis secretos se irán conmigo a la tumba.
Iconnè: Tu mismo me dijiste que si no se lo decías a alguien entonces estallarías...
Eduardo: Eso es verdad.
Iconnè: Pero, entonces estamos hablando de algo ilógico. ¿Quieres estallar?
Eduardo: No, no quiero. Y desde luego que es ilógico, todo en esta vida lo es.
Iconnè: No te entiendo.
Eduardo: No es necesario que me entiendas.
Iconnè: Pero quiero saber de que hablas.
Eduardo: Las personas que han sido buenas conmigo en algún momento, por más mínimo que haya sido... esas personas... estaría dispuesto a dar la vida por ellas.
Iconnè: ¿Ellos darían la vida por tí?
Eduardo: No puedo saberlo si no me lo dicen.
Iconnè: Y por lo que acabo de enterarme, jamás se los preguntarías.
Eduardo: No lo tomarían en serio.
Iconnè: ¿Un juego más?
Eduardo: Ya nadie toma nada en serio.
Iconnè: La vida es un juego.
Eduardo: La vida es más que un juego. Viendo a las personas te das cuenta de eso.

No hay comentarios: