domingo, 29 de marzo de 2009

Cálido abrazo

Aun entre la oscuridad, existe la esperanza, y entre el sigilo y las sombras se oculta la felicidad. El habla no es necesaria; el viento suple caricias y nuestros latidos, palabras. De nubes se forman los sueños y se alimentan las ilusiones. Por los bosques eternos fluyen arroyos de lágrimas calmas, que representan el miedo que alguna vez percibimos. Árboles hay muchos y el mundo los ha olvidado, pero con atención imploramos sus secretos y ellos jamás se cansan de recitarnos en silencio. Somos de la noche y la noche es nuestra. Así nacimos, así crecimos, así nos hemos encontrado.

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