Cuéntame una historia, por favor. Hoy vengo cansado y necesito recordar cómo es que la vida me acercó a ti.
Habla, por favor, y deja que tu tierna voz me ayude a imaginar. Quiero escucharte hablar, quiero escucharte reír, cantar, gritar de felicidad; quiero escucharte a ti, escucharte por siempre y junto a ti morir.
Prometo no interrumpirte, prometo no fastidiarte, prometo cerrar mis ojos y dejar que tus palabras me calmen. Prometo tomar tu mano, prometo no herirte nunca, puesto que un alma herida no puede causar más daño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario